5.- LA CASA DE LA CAMORRA Y LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Comienzo del primer arco de la Fachada del Salón Bajo de la Casa de la Camorra. Cádiz.
Aunque sólo tres de los 27 dueños de la Casa de la Camorra eran franceses (Juglá, Gervinais y Lecouteulx), los apellidos de los considerados propietarios españoles delataban una ascendencia claramente gala (Mercy, Fournat, Behic,...). La razón probablemente se esclarece cuando conocemos la existencia de los denominados jenízaros, es decir nacidos en España de padres franceses. Los progenitores de Domingo Behic residían ya en la ciudad en 1720. Conocida es la amplia presencia de comerciantes, empresas de seguros, proveedores de mercancías y artesanos de diversos ramos franceses en la ciudad desde comienzos la llegada de la Casa de Contratación en 1717. Los Pactos de Familia firmados por las dos monarquías borbónicas aumentaron el contacto como lo demuestra la amplia documentación del Consulado de Francia en Cádiz. Junto a Génova los diplomáticos galos consideraban el Consulado gaditano como uno de sus destinos preferidos.
Foto de la maqueta de Cádiz en la que se observa el Teatro Francés ubicado en el Mentidero. Construido en madera la fachada que se observa en la foto daría a la actual calle Hércules y la parte trasera a la calle Ceballos (foto cedida por Juan Ramón Ramírez)
Una presencia tan continuada permitió el desarrollo de esa segunda generación de franceses que por su nacimiento en territorio español mantenían una dualidad de nacionalidades que permitía privilegios comerciales por su doble origen. El número de galos residentes en Cádiz durante los años previos a la Revolución Francesa puede rondar los 1.700 individuos, probablemente una población superior al de muchas de las ciudades del país vecino. No sería incluso extraño encontrar que algún francés afincado en la ciudad pudiese haber participado en aquellos Estados Generales que Luis XVI convocó en mayo de 1789 en Versalles. Desde 1768 hasta 1778 Cádiz contó con un Teatro de la Tragedia Francesa en la que se representaron obras de Moliere, Montesquieu y Rousseau entre otros autores.
Los rápidos acontecimientos revolucionarios se siguieron con enorme expectación en Cádiz, y la Casa de la Camorra se convirtió en epicentro informativo. Desde hacía tiempo Sánchez Bernal Manuel (no es error, ese el orden de su nombre y apellidos), el Inquisidor de la ciudad, tenía en su punto de mira el edificio de la calle Empedrador. Muchos de sus propietarios profesaban tendencias religiosas no católicas y eso provocaba un cierto recelo. Poco sabemos de las reuniones celebradas en esos primeros años en aquel magnífico edificio de tres plantas, pero es de suponer que la existencia de un amplio Teatro, salas de reuniones y juegos con una amplia Biblioteca y jardines provocaban ciertas suspicacias para establecer que en los encuentros, casi siempre nocturnos, los asistentes hablaran de algo más que de relaciones comerciales. El control inquisitorial manifestaba amplia preocupación por la llegada de prensa francesa que generaba notables pagos de la Sociedad de la Camorra en la oficina de Correos.
El inquisidor informó a Floridablanca de la situación y en el verano de 1791 se prohibía cualquier tipo de reunión en la Casa de la Camorra. Los 27 propietarios iniciaron un amplio despliegue de peticiones para la reapertura que ha sido nuestra base documental que nos ha permitido conocer parte de la Historia de la Casa de la Camorra y de las reuniones previas que hemos relatado en los anteriores artículos. Al menos cinco peticiones indicando la necesidad de su nueva apertura, incidiendo en su respeto a las normas legales de reunión, la carencia de desórdenes en sus salones durante su existencia anterior a 1791 y proponiendo incluso donativos para otras causas no fueron suficientes para que se eliminase la prohibición. Sólo la vuelta a un nuevo tratado de amistad con Francia tras la Paz de Basilea en 1795 permitió la reapertura que trataremos en el siguiente capítulo.
https://www.youtube.com/watch?v=PrsmIIsWLKc&t=58s
Dos veces al mes realizamos visitas guiadas y gratuitas a este espacio, estamos preparando la próxima para la tarde del jueves 6 de agosto. Para inscribirse envía correo a casadelacamorra@gmail.com y se os indicará hora y punto de encuentro.
Monedas Francesas de Luis XVI.
Aquellas libras tornesas que tanto en Cádiz dieron que hablar...
En los meses centrales del año 1789 varios jóvenes manifestaban su júbilo por los acontecimientos revolucionarios. Conocidos como "los de cetro roto" porque portaban un bastón pequeño además de un pañuelo "a la guillotina" se hacían ver por los lugares de presencia habitual de la amplia colonia francesa, es decir por la Plaza de San Antonio y por la Alameda, y presumiblemente también por la Casa de la Camorra. En 1790 el Cónsul francés utiliza la Casa de la calle Empedrador para la recogida de un donativo que permitiese el funcionamiento del Parlamento francés. Más de cuatrocientos franceses radicados en Cádiz contribuyeron con un total de 83.650 libras tornesas (moneda nacional francesa desde Carlomagno hasta 1795 que se instauró el franco) que como consta en la correspondiente Acta firmada por el Cónsul de Francia en Cádiz fueron enviadas a la Asamblea Nacional. Dinero de Cádiz que sirvió para el avance de la Revolución y que fueron recaudados en la Casa de la Camorra.Aquellas libras tornesas que tanto en Cádiz dieron que hablar...
Retrato de José Moñino, Conde de Floridablanca
El inquisidor informó a Floridablanca de la situación y en el verano de 1791 se prohibía cualquier tipo de reunión en la Casa de la Camorra. Los 27 propietarios iniciaron un amplio despliegue de peticiones para la reapertura que ha sido nuestra base documental que nos ha permitido conocer parte de la Historia de la Casa de la Camorra y de las reuniones previas que hemos relatado en los anteriores artículos. Al menos cinco peticiones indicando la necesidad de su nueva apertura, incidiendo en su respeto a las normas legales de reunión, la carencia de desórdenes en sus salones durante su existencia anterior a 1791 y proponiendo incluso donativos para otras causas no fueron suficientes para que se eliminase la prohibición. Sólo la vuelta a un nuevo tratado de amistad con Francia tras la Paz de Basilea en 1795 permitió la reapertura que trataremos en el siguiente capítulo.
https://www.youtube.com/watch?v=PrsmIIsWLKc&t=58s
Dos veces al mes realizamos visitas guiadas y gratuitas a este espacio, estamos preparando la próxima para la tarde del jueves 6 de agosto. Para inscribirse envía correo a casadelacamorra@gmail.com y se os indicará hora y punto de encuentro.
Súper interesante, Juan Antonio.
ResponderEliminarNo tenía ni idea de que fueran tantísimos los franceses que en esa época había en Cádiz.