Las casualidades existen, la suerte parece ser que también. Para confeccionar el Seminario sobre la manzana Plaza de las Flores- Arbolí de los Cursos de Verano de Cádiz 2017 me encuentro con una laguna amplia para cerrar el círculo de Comunicaciones. Tengo la suerte de coincidir con seis personas que habían trabajado el uso de ese espacio durante alguna de las etapas históricas y a los que había invitado en diferentes visitas a conocer el hallazgo de la fachada, les comento el proyecto y en poco tiempo aceptan participar. Encuentro también a Jesús Romero que se brinda a la coordinación del Seminario. Tengo que decir que también tuve algunas contestaciones negativas y especialmente un trato poco colaborativo, por decirlo de una manera suave, de la Facultad (aunque también hay honrosas excepciones) en la que fui formado.  Los silencios a veces gritan. Esas carencias fueron curiosamente suplidas por el cariño del Vice-rectorado organizador de los Cursos de Verano contando además co

Reconstrucción de la fachada neoclásica del Salón Bajo de la Camorra realizada por Juan Luis Candón con fotos de Juan Antonio Fierro. El paso efectivo en 1717 de la Casa de Contratación desde Sevilla a Cádiz provocó un importante crecimiento demográfico que vino acompañado de una ampliación de la trama urbana. Desde el núcleo medieval del Barrio del Pópulo la ciudad se había extendido en los siglos anteriores por los arrabales de Santa María hacia oriente y de Santiago hacia occidente. La importancia del Puerto como  vertebrador de la economía abrió una calle paralela al muelle que recibió el nombre de Calle Nueva que fue continuada hasta la Iglesia de San Fr ancisco. Detalle de un Plano francés de Cádiz a comienzos del siglo XVIII cuando todavía no estaba construida ni la Catedral barroca ni la muralla de Vendaval.  Apenas cuatro kilómetros cuadrados de casco urbano en un espacio insular fueron además convenientes amurallados para evitar los saqueos de siglos anteriores

La influencia italiana en el Carnaval gaditano es clara y muy evidente. La presencia de 17 años de temporadas operísticas en la ciudad provocó el conocimiento de una actividad músical acompañada de textos cantados que sin duda son claros antecedentes de nuestras actuales agrupaciones carnavalescas. Las óperas bufas jugaban con ese doble sentido del lenguaje que siguen utilizándose "jocosamente" en el repertorio de chirigotas, comparsas y coros.  El disfraz, convertido en "tipo" que va desde lo estrafalario al máximo lujo, complementaría con el maquillaje y la máscara a la transformación del comediante en la caracterización del personaje representado. El movimiento corporal convertido en coreografía además reforzaría la composición coral en una actividad muy atrayente para el espectador. Algunas reminiscencias de las óperas italianas se incorporaron al repertorio. El estribillo sirve en la actualidad para el enlace entre composiciones como los cuplés y en las

 Dos son los documentos que nos permiten ubicar el Coliseo de la Ópera italiana en Cádiz. Este detalle del plano de la ciudad elaborado por Josep Cavallero en 1772 nos muestra con fachada a la Plaza de las Flores con el número 95 la ubicación del edificio rectangular. Muy cercano, aparece el Convento de los Descalzos con una parte conventual (incluida Iglesia) en lo que hoy es el edificio de Correos, y un amplio huerto cenobial en la parte que hoy ocupa el Mercado de Abastos. El otro documento visual es la maqueta de Cádiz, actualmente en el Museo Municipal de la Calle Santa Inés. Construida entre 1773 y 1776, nos permite observar un elevado edificio (D) en la plaza interior (B) de la manzana que hoy se corresponde con la Plaza de Las Flores que queda en la parte superior, la calle Arbolí entonces Empedrador (C), el Huerto del Convento de los Franciscanos Descalzos (A) y más cercano al espectador la calle Desamparados-San Juan. Esta foto estaría tomada desde una posición elev